martes, 3 de diciembre de 2013

Sistema de Ayuda a la Dependencia - SAAD

Antes es de todo, cabe hacer alusión a la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, más conocida como Ley de Dependencia. Esta, asegura el derecho de las personas que no pueden valerse por sí mismas a ser atendidas por las Administraciones Públicas. Todos los ciudadanos que necesitan la ayuda de terceros para realizar actividades básicas de la vida diaria, bien por sufrir una enfermedad o accidente, o bien por llegar a la vejez, tienen  derecho a una serie de servicios sociales públicos y, en algunos casos, a una prestación económica.

La aprobación de la Ley de Dependencia dio lugar a la creación del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, e integrado por centros y servicios públicos estatales, de las Comunidades Autónomas y Entidades Locales, además de centros privados concertados y acreditados.

Los servicios disponibles para personas en situación de dependencia incluyen teleasistencia, ayuda a domicilio para cuidados personales y atención a las necesidades del hogar, centros de día y de noche, residencias y servicios de prevención.

En cuanto a las prestaciones económicas(1), se contempla tres tipos:
·         Prestación económica vinculada al servicio.
·         Prestación económica para cuidados en el entorno familiar.
·         Prestación económica de asistencia personal.

Una vez hecha esta introducción, cabe decir que está claro que los Servicios Sociales son un elemento esencial dentro del sistema de protección social en nuestro país, es decir, vitales para mantener la igualdad y generar el bienestar y la calidad de vida de la población y generar una consistencia en el engranaje que mueve a nuestra sociedad.

“El desarrollo de unos servicios sociales para todos es un paso estratégico para el desarrollo económico y social del mundo“.  (Castillo Gallardo, M. 2011) ya que, estos, deben garantizar y dar a conocer los mecanismos para acceder a los bienes básicos fundamentales para que se produzca la integración y la cohesión social. Y en relación con los Servicios Sociales encontramos los fenómenos de pobreza y exclusión social, los cuales son multidimensionales y complejos de medir.
Según tengo entendido el objetivo de esta ley es reconocer un nuevo derecho subjetivo de ciudadanía en el ámbito estatal: el derecho a la promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia, mediante la creación del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD).

Buscando información actualizada sobre La Ley de Dependencia, he encontrado importante para destacar que con sus tres años de vida, está considerada el cuarto pilar del Estado de bienestar, pero la financiación que recibe es aún menor que la de los sistemas educativo, sanitario y el de pensione. Su coste, que cofinancian Gobierno y autonomías, no llega al 0,5% del PIB, una magra y desajustada financiación que, en mi opinión, puede poner en peligro su sostenibilidad.




Parece ser, que es justo en este momento, cuando nos damos cuenta de la importancia que tienen los Servicios Sociales en nuestro sistema, a pesar de que estos tienen bastantes debilidades, como la carencia de una Ley que los regule de manera estatal, o la desigualdad generada entre las diferentes comunidades autónomas, entre otras muchas, los Servicios Sociales han sido y son el instrumento esencial para la creación y promoción de la igualdad en nuestro país, así todos esos mayores que no pueden depender de alguien tengan unos servicios a su disposición.

Desde mi punto de vista, creo que es imprescindible invertir en actividades que sean capaces de generar un mayor valor añadido, un mayor confort para nuestros mayores  y una de estas serían los Servicios Sociales, en conjunto con innovación, nuevas tecnologías, medio ambiente, y un largo etcétera.





(1) La cuantía de la prestación está en función del grado de dependencia del beneficiario, que debe ser valorado y certificado por un órgano competente, determinado por la Comunidad Autónoma

viernes, 22 de noviembre de 2013

Exclusión Social - Una realidad muy cercana.

Creo que antes de todo es importante hacer una introducción sobre que es la exclusión social y la importancia que esta tiene dentro del ámbito de la Educación Social. En primer lugar, destacar que la exclusión social es un proceso mediante el cual, los individuos o grupos son total o parcialmente excluidos de una participación plena en la sociedad en la que viven.

Partiendo de la base de que por el concepto de “educación social” se entiende que es aquella educación en la sociedad; una transmisión de valores educativos propios de una sociedad; una influencia de la sociedad en el individuo; una adaptación a un contexto social y político y a un modo de prevención y control social, creo que la exclusión social puede tener un gran papel en este ámbito profesional.
La exclusión social, es en sí, un proceso que afecta a millones de personas en todo el mundo, tanto en los países en vías de desarrollo como en las prósperas sociedades occidentales.

La sociedad de la información en la que estamos inmersos está demostrando una gran diferencia social. En primer lugar, la seguridad de los privilegiados con trabajo fijo y pleno disfrute de sus derechos individuales y sociales. En segundo lugar, la inseguridad de los que tienen trabajos eventuales y viven en permanente estado de ansiedad y escepticismo y, por último, el desarraigo del mercadlaboral de la población, lo que da lugar a la existencia de diferencias en la sociedad.

Se trata de un fenómeno que no sólo tiene que ver con la pobreza y que en cualquier momento puede abatirse sobre las personas. Es decir, el sentimiento de vulnerabilidad, no sólo es observable en los sectores estructuralmente pobres, sino que afecta a la población escolarizada y no escolarizada, aunque de diferentes formas.

En ocasiones, tiene mucho que ver con la percepción y el sentimiento que muchas personas experimentan de no ser valoradas ni tenidas en cuenta en la sociedad por lo que son.
Hoy en día, sabemos que, en muchos casos, esa exclusión social se anticipa o se prepara en procesos de exclusión educativa, como son la falta de acceso a los sistemas educativos, la escolarización segregada en dispositivos especiales, la educación para los desfavorecidos, el fracaso escolar, el maltrato entre iguales por el abuso del poder o el desafecto, entre otros.

El concepto de exclusión, implica un proceso de separación entre grupos distintos entre sí y supuestamente homogéneos dentro de sí mismos. Pero esta separación no es tan simple: la exclusión también incorpora una valoración diferencial entre estos grupos ya que uno es considerado mejor que el otro y esto conlleva a comportamientos diferenciales con uno u otro grupo, lo que instaura diferencias en el acceso a oportunidades y beneficios den a las personas dentro de la sociedad. 

Cabe destacar que el interés por la exclusión social, es un punto de encuentro multidisciplinar, y que el análisis económico y social de la desigualdad, la pobreza y el bienestar han hecho coincidir en muchas de las áreas de conocimiento. Por ello,  la exclusión social lleva a quienes la padecen a situaciones de vulnerabilidad, pobreza, o marginación.

También, podríamos  decir que la exclusión social es un factor que está continuamente en la sociedad, que no se ha perdido, que lleva muchos años existiendo y que, incluso, el número de personas que se encuentran en exclusión social, aumenta considerablemente debido a la situación económica por la que estamos pasando.

Buscando información acerca de dicho tema, sobre la exclusión social, me resulta muy importante decir que el crecimiento económico y el desarrollo no implican una disminución de las tasas de pobreza sino que, en los periodos de crisis, las personas más vulnerables sufren duramente las consecuencias.

La exclusión social es una situación que va más allá de la pobreza, aunque si es verdad que suelen presentarse juntas y que hace referencia a un proceso en el que una persona no puede ejercer alguno de sus derechos sociales básicos como ciudadano.

“Una persona está excluida cuando carece de los recursos personales, sociales o económicos suficientes para ejercer su ciudadanía”

Las personas sin hogar, por ejemplo, no han llegado a esa situación de repente, es decir, que han pasado por un proceso largo y doloroso antes de llegar a la exclusión social como tal.

También es importante destacar cual es la situación de la exclusión social en España y se ve muy clara en los siguientes puntos:
-       - España es el tercer país en tasa de pobreza en la UE, solo superado por Rumanía y Letonia (Eurostat, 2010)
-             -  La proporción de hogares por debajo del umbral de la pobreza está en torno al 22% (Cáritas, 2011)
-             - Hay más de 11,5 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión social (EAPN, 2010)
-            - Un millón y medio de personas se encuentran en situación de exclusión residencial (Observatorio Inclusión Social 2008)
-             -  Más de medio millón de hogares no tienen ningún tipo de ingresos (EPA 2011)
-             -  Entre 15.000 y 30.000 personas viven en la calle (INE)
-       - El gasto social por habitante en España está en torno a 15 puntos menos que la media. 25 puntos nos separan de Alemania. (Eurostat 2010, con paridades de poder adquisitivo)
-       - Las ONG afrontan un mayor volumen de necesidades sociales y una disminución de los recursos para atenderlas


Por todo esto, puedo decir que, la en la sociedad en la que vivimos, desgraciadamente, se le da demasiada importancia a las cosas materiales. Valoramos a las personas por lo que tienen o por lo que aparentan, no pensamos que lo que tenemos podemos llegar a perderlo. 




Laura Pérez Martín - Educación Social 

martes, 15 de octubre de 2013

Europa, ¿un modelo social en quiebra?

 
Si hay una cosa que he deducido a lo largo de todas las clases en el aula y a través de los documentales y documentos, es que las crisis siempre son una oportunidad de cambio. Cuando oía la palabra crisis, me hacía pensar en una connotación negativa, peligrosa, pero ahora me doy cuenta de que va unido a una oportunidad y que entre todos deberíamos de ser capaces de hacer notar esa “oportunidad” para mejorar.

Es verdad que la clase media está desapareciendo, aunque, bajo mi punto de vista, hay distinción entre las clases, ya que creo que predominan dos: la clase baja (en la que se encuentra la mayoría) y la clase alta (perteneciente a unos pocos) lo que produce la inestabilidad del país. Porque la clase media siempre es la base entre la clase pobre y la rica y al estar desapareciendo esta, la diferencia entre los más ricos y los más pobres está aumentando considerablemente. Esto provoca que los pobres sean más pobres y los ricos más ricos.

Creo, y creo creer bien, que la población anciana es la que está “manteniendo” a la sociedad, ya que los jóvenes no encuentran trabajo y son ellos los únicos que cuentan con una pensión fija cada mes.

Otro inconveniente es que el precio de las cosas está subiendo a causa de la crisis y las pensiones no se equiparan al nivel de vida actual. Esto se traduce en que esta generación tampoco puede gastar tanto dinero y por tanto esa parte de la economía que parecía estable deja de serlo.

Me agrada saber que se quiere salir de esta situación y que hay propuestas de mejora, como la existencia de la Estrategia Europea 2012, aunque a su vez me preocupa que lo que se proponga no sea capaz de cumplirse. Sé que a veces se presentan datos de una forma muy alegre, pero pienso que es para tranquilizar a la población. Por supuesto que en ese justo momento sirven, pero en mi opinión, se deberían crear expectativas alcanzables y no tan altas.

Los servicios sociales han tenido y tienen un papel muy importante en la sociedad: gestionar los recursos para las familias con las que trabajan; son un puente entre la institución pública y la comunidad; y estos ejecutan sus acciones para, por y desde la comunidad mediante la acción social.

Hay una definición de Ander-Egg que tiene más sentido que nunca si nos fijamos en el nuevo modelo de exclusión social:

La acción social es una actividad consciente, organizada y dirigida de manera individual o colectiva, que de modo expreso tiene por finalidad actuar sobre el medio social, para mantener una situación, mejorarla o transformarla.

Los Servicios Sociales frente al nuevo modelo de exclusión y marginación social deben estar con más presencia en los barrios que nunca, deben trabajar en un doble sentido desde la institución y desde y para la comunidad.  Deben ser centro de recursos no solo para agentes sociales sino para toda aquella entidad del barrio que requiera de su actividad. Y en definitiva debe estar al servicio de la comunidad.

En los tiempos que corren, lo primero que tendríamos que tener cubierto son nuestras necesidades básicas porque de ellas depende que podamos desarrollar todo lo demás. Esta es una idea que queda reflejada en la pirámide de Maslow, en la que se recoge un listado de siete niveles.



Según la pirámide de Maslow, debemos de cubrir las de orden inferior para ser capaces de llegar a las de orden superior. Y si una persona no tiene recursos para poder dar solución a sus necesidades de orden inferior, es entonces cuando los servicios sociales actúan intentando dar solvencia a estas necesidades.

Así, encontramos que primero son las necesidades fisiológicas, es decir, la necesidad de dormir, alimentarse, saciar la sed, respirar, abrigarse y contar con un lugar en el que cobijarse. Vale, está claro que sin alguna de ellas la supervivencia sería difícil.

Partiendo de la pirámide de Maslow cabe hablar del tema de los desahucios, que sin duda, atenta contra una de nuestras necesidades básicas. Es un tema que me inquieta bastante ya que ver que alguien se queda sin hogar duele. Pero más duele saber que aun cuando te han despojado de tu casa, tú seguirás teniendo que pagar algo que no tienes.

No he podido por menos que informarme sobre lo que pasa en otros países  y he visto que, por ejemplo, en EEUU esto no es así. Si el banco te quita tu casa, tu deuda queda saldada con ellos. También es cierto que en EEUU se habla de que los bancos ofrecieron hipotecas a gente que sabían con certeza que no serían capaces de pagarla, a manera de inversión. De esta manera las personas pagaban sus casas, aun sabiendo los bancos, que en pocos años les arrebatarían tanto su casa como todo lo invertido.

En realidad es una idea inteligente, es una forma descabellada de ganar, dejando la bondad por los suelos. Si hay una cosa que no dudo es que no somos más que dinero andante, no importa nada nuestro bienestar ni nuestra calidad de vida, si pueden obtener algo de nosotros. Aquí es donde creo que deberían actuar los centros de acción social.

Todo lo explicado anteriormente no son más que algunas de las consecuencias sociales de la crisis. En parte son responsabilidad de la comunidad, como se dice mucho ahora, “que han vivido por encima de sus posibilidades” años atrás y en parte de los bancos, el gobierno, las políticas y muchas condiciones más que son externas a la población.


En cualquier caso, estos tiempos nos toca vivirlos a todos, estemos en el estrato social que estemos y trabajemos donde trabajemos, así que tenemos que intentar aprender de la situación que estamos viviendo ahora, para no volver a padecerla en un futuro y aprovechar las oportunidades de cambio que se dan en la época de crisis.

Quizá, y ya termino con esto, la figura del Educador Social, se ve muy involucrada en muchos ámbitos, pero una de las acciones más importantes a lo largo de su trayectoria laboral es el acompañamiento a las familias. Es por eso que me parece importante hacer ver a esas personas que están pasando por malos momentos a aceptar esa realidad y esos cambios, que siguen siendo oportunidades por las cuales no deberíamos rendirnos.




Laura Pérez Martín
15/10/2013